Planifica tus comidas de la semana, al menos las principales, de esta forma te será mucho más fácil y rápido ir a por aquellos alimentos que necesitas y no coger extras ni productos innecesarios. 

Ve a la compra sin hambre. Muchas veces vamos a comprar con un poco de hambre y poco a poco, mientras pasamos por los pasillos nos va apeteciendo de todo, sobre todo productos poco saludables como snack  de patatas fritas o algún dulce, ¿te ha pasado a ti también? La solución es  tan fácil como ir a la compra con el estómago lleno o habiendo comido algún tentempié como una fruta de temporada, por ejemplo. 

Llena tu carro de frutas, verduras, legumbre y tubérculos. Siempre van bien como ingrediente principal o acompañamiento de tus platos.  Además, siempre puedes tener en tu despensa verduras, legumbres y  tubérculos en conserva o congelados (como bolsas de verduras troceadas o frutos rojos congelados). 

Puedes optar por comprar carne y pescado congelado (basta con  descongelarlo 24 horas antes en la nevera) o si lo prefieres compararlo  fresco, hacer raciones y después congelarlo, es una forma estupenda de no desperdiciar alimento y de no tener que ir todos los días al súper. 

Algo que no puede faltar en tu nevera son los huevos, un alimento tan rico nutricionalmente y a la vez tan versátil a la hora de preparar distintos platos que es un básico imprescindible. Elige los que empiezan por el  dígito 0 (huevos ecológicos) o el 1 (huevos de gallinas camperas), tanto  por sus mejores características organolépticas como por contribuir al  bienestar animal.